Ayudar a Europa
Podemos repetir el desplante de James Joyce cuando alguien le recordaba de modo conminatorio sus deberes para con Irlanda: «No pienso hacer nada por mi patria pero no me importaría que mi patria...
View ArticleLa venganza de Cochise
Uno de mis vicios (les ahorro la lista completa, por ser demasiado larga y porque nada aburre tanto como oír hablar de manías que no compartimos, por pecaminosas que sean) son las películas de los...
View ArticleSuperioridad moral y política
Me parece comprensible que quienes tienen determinadas ideas políticas las consideren mejores que las de los otros, sobre todo si son sus adversarios. Si no fuera así seguramente cambiarían de...
View ArticleEl palacio encantado
Hace cincuenta años, cuando estaba en París, me escapaba de nuestra tertulia en la Boule d’Or presidida por Agustín García Calvo, cruzaba Saint Michel, y me iba a un cine pequeñito en la calle Saint...
View ArticleAyudar a Europa
Podemos repetir el desplante de James Joyce cuando alguien le recordaba de modo conminatorio sus deberes para con Irlanda: «No pienso hacer nada por mi patria pero no me importaría que mi patria...
View ArticleLas barbas del vecino
Perdonen este asombro ciertamente ingenuo por mi parte, pero… ¡qué difícil resulta hacerse cargo de los problemas políticos y sociales que tienen los países que nos rodean, incluso si se parecen a los...
View ArticleSuperioridad moral y política
Me parece comprensible que quienes tienen determinadas ideas políticas las consideren mejores que las de los otros, sobre todo si son sus adversarios. Si no fuera así seguramente cambiarían de...
View ArticleEl palacio encantado
Hace cincuenta años, cuando estaba en París, me escapaba de nuestra tertulia en la Boule d’Or presidida por Agustín García Calvo, cruzaba Saint Michel, y me iba a un cine pequeñito en la calle Saint...
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Podemos repetir el desplante de James Joyce cuando alguien le recordaba de modo conminatorio sus deberes para con Irlanda: «No pienso hacer nada por mi patria pero no me importaría que mi patria...
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Me parece comprensible que quienes tienen determinadas ideas políticas las consideren mejores que las de los otros, sobre todo si son sus adversarios. Si no fuera así seguramente cambiarían de...
View ArticleDespedida a un poeta
No sé cómo decirlo: he sido amigo de muchos poetas o, mejor, muchos de mis amigos han sido o son poetas. Lo primero es aclarar cuando alguien es poeta: no llamaría yo así desde luego a cualquiera que...
View ArticleEl palacio encantado
Hace cincuenta años, cuando estaba en París, me escapaba de nuestra tertulia en la Boule d’Or presidida por Agustín García Calvo, cruzaba Saint Michel, y me iba a un cine pequeñito en la calle Saint...
View ArticleEl Derby del jinete fantasma
Para Francis K., que estará apostando La hora del desayuno en un hotel inglés es para mí el momento más agradable del día. Por fin, la tradición, que no suele ser más que rutina glorificada, se vuelve...
View ArticleAlivio real
Al cardenal Richelieu todos los que leímos de pequeños Los tres mosqueteros le consideramos un personaje malvado (y hasta nos lo figuramos con el rostro de Vincent Price). No fue un santo, desde...
View ArticleDiscrepancias
Desconfío de la unanimidad. Quizá sea un alma retorcida o ganas de llevar la contraria, pero cuando algo parece darse por sentado oigo una voz interior que me sugiere «¿y si discrepamos?». Supongo que...
View ArticleSuperioridad moral y política
Me parece comprensible que quienes tienen determinadas ideas políticas las consideren mejores que las de los otros, sobre todo si son sus adversarios. Si no fuera así seguramente cambiarían de...
View ArticleUn imprescindible libro maldito
Allá por los años ochenta y noventa del pasado siglo, solía yo recibir frecuentes regañinas de amigos catalanes cada vez que me pronunciaba públicamente contra la inmersión lingüística. Eran...
View ArticleEl palacio encantado
Hace cincuenta años, cuando estaba en París, me escapaba de nuestra tertulia en la Boule d’Or presidida por Agustín García Calvo, cruzaba Saint Michel, y me iba a un cine pequeñito en la calle Saint...
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Para Francis K., que estará apostando La hora del desayuno en un hotel inglés es para mí el momento más agradable del día. Por fin, la tradición, que no suele ser más que rutina glorificada, se vuelve...
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